Aun retengo en mi memoria aquel emocionante cotejo entre el Atlético Tiro y el Laverni Sportivo Club. El partido estaba parejo y sin sobresaltos bajo el calor agobiante del verano.
Faltando tan solo
1 minuto para terminar el encuentro, el “Mono” Jorge (lateral izquierdo del
equipo contrincante) saca de la manga un brillante pase gol. Sorprendido en mi
buena fe, salgo a cortar el trayecto del balón, y es cuando el veloz pelotudo
del Lambertuchi anticipa la pelota y me clava una flor de tuna dejándome en
ridículo ante la multitud de 37 personas que se apiñaban bajo la sombra de un
algarrobo.
Obviamente la
pelota fue a dar al fondo de la red y los
“colorados” corrían a festejar el tanto conseguido. El referi, por su parte, concluye con el pitazo final aquel aguerrido encuentro.
Acabábamos de perder el pasaje a las semifinales del torneo.
El ambiente
comenzó a ponerse hostil, y la gente caliente comenzó a gritar “gil, nabo,
peluffo… ” y otros epítetos que me es
imposible reproducir en este medio. Yo
pensaba “pobre tipo, como lo bardean” mirando a nuestro arquero, pero algo
dentro mío me decía que las cosas no andaban bien.
Fue ahí cuando
escuche “Mascarpone pelotudoooo…”, esa frase (y otras) me hicieron sospechar de
que se referían a mí. Me di vuelta y con
las manos en los genitales le dije a toda cancha: “esta es para ustedes,
reverendos hijos de puta”; en ese mismo
instante es cuando me cae la primera piedra, luego fue un aluvión que opacó la
luz del sol por unos instantes. Tuvo que Intervenir la policía caminera y gendarmería para
repeler a los violentos. Una vez más la intolerancia social tomaba el
protagonismo que no se merecía ni le pertenecía. Los matutinos definieron ese
momento como “histórico”, dado que fue el primer episodio violento en un evento
deportivo que se vivía. ¡Y lo peor de todo era que me culpaban a mí!
Este episodio me marcó profundamente, y dejó
una herida espiritual muy difícil de cicatrizar… Tal fue el daño que sin
dudarlo me inscribí en una escuelita de futbol y aprendí a gambetiar como los
dioses y también a patear tiros libres con barrera. Es por todo lo anterior que
en un acto despojado de egoísmo y para que no padezcan lo que sufrí en carne
propia, que les ofrezco toda mi sapiencia del futbol plasmada en humilde texto.
En él les enseñaré a no ser un luser con la pelota, trucos, jueguitos y varias cosas más que necesitan saber sobre
este deporte. Y que los yanquis se
pierdan en el toor esa porquería de beisbol y la otra chanchada de los
superbowls.
No perdamos más
tiempo y comencemos con las lecciones de hoy…
Lección Nº 1
A nadie,
pero a nadie en el mundo nos gustan los habilidosos (salvo en la plei) y menos
cuando quieren demostrarle al mundo sus dones basándose en nuestra inocencia,
inutilidad e inhabilidad. La primera imagen nos muestra como el rival quiere hacernos el famoso “sombrerito” o
también llamada “la bicicleta”, la segunda imagen nos indica cómo evitar que estos seres
privilegiados de los pies nos quieran hacer pasar el ridículo y así repeler
esta jugada.
Ser habilidoso dejándonos en ridículo.
Así se debe marcar la jugada del "habilidoso"
Lección Nº 2
Hay equipos que se empeñan en inventar cosas y
pelotudeces que a las personas simples como nosotros nos hartan. Un ejemplo de
estos son los brasileros, que no se
cansan de demostrarnos que son mejores. Pues para evadirlos tenemos nuestras
armas y estrategias. La siguiente jugada llamada la “Foquinha” (significa foca en
brasilero, primera imagen) consiste en sostener la pelota con la cabeza
mientras se avanza eludiendo al contrincante. La segunda foto muestra cómo hay
que contrarrestar la pelotudez de la “foca” y mandarlos de regreso
a Mundo Marino junto con las otras focas...
Esta es la llamada "foca"...
Esta es la manera correcta de marcar al adversario, diciéndole al mismo tiempo: "A tu hermana vas a pasar así..:"
Lección Nº 3
Como una regla de
Murphy hecha por Belcebú, siempre, pero siempre en el otro equipo va a haber un
iluminado, un alienígena, alguien que nos pisa el balón y que a veces es realmente
imparable. Puede que en algunas oportunidades le dejemos hacer jueguitos y gambetitas
a este jugador por distintos motivos: por respeto, porque nos cae simpático, porque
es un loco lindo, porque es menudito, porque nos da lástima su existencia, etc.
Pero cuando nuestra canasta es la que se está llenando, hay que aplicar otras técnicas
de juego. A continuación les muestro como neutralizar a los "iluminados"...
Alienígena cósmico haciendo de las suyas...
Forma correcta de marcar. No hay habilidoso del balón que se resista...
Con estas tres primeras lecciones, dejo así inaugurado esta clínica virtual de fútbol, sin embargo esta columna se encargará del deporte en todas sus manifestaciones.
Y recuerden queridos amigos, que un
jugador no nace “se hace”, es por eso que recomiendo la práctica constante del
deporte y de las jugadas aprendidas en esta clínica .
¡Hasta la próxima entrega!
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